Sello de Alfonso X / Fuente: Wikipedia |
Según
cuentan los antiguos, Philimer, rey de los godos, hijo del rey
Gardarigo el Grande, que fue el tercer rey que ellos tuvieron después
de su partida de Escandinavia y el que ganó las tierras de Escitia,
halló entre su pueblo unas mujeres conocedoras de encantamientos y
hechizos. Las llamaban en el lenguaje de los godos alirunnias;
y temiendo que hiciesen hechos malos en su gente, mandó echarlas de
la hueste y desterrarlas muy lejos, así que se fueron por las
montañas y por los yermos.
Y andando allí como extraviadas las
encontraron los hombres del monte que llaman sátiros y faunos. Y
estos, cuando se encontraron con las mujeres de los godos, se
acostaron con ellas, y tuvieron hijos e hijas, de quienes viene el
linaje de los hunos.
Al principio se fueron criando en los pantanos
de la laguna Meótida. Era gente menuda de cuerpo, negros, crespos y delgados, así que apenas parecían hombres. No se
entendían en ninguna lengua, sino tan solo a voces, que se parecían
poco a las de cualquier otra gente. Tenían las caras muy
espantosas, sin apenas señal de las narices y ojos más semejantes a
agujeros pequeños que a otra cosa; y por esta razón sus caras eran
como cosa deformada y sin hechura.
Habitaron mucho tiempo entre
aquellas marismas, pensando que no había salida a ninguna parte. Y
eran muy ligeros a maravilla, tiraban muy bien del arco, practicaban mucho la caza y mataban venados: de esta forma se
gobernaban.
Y aunque eran de ojos pequeños, tenían figura brava,
torva y muy espantosa; y eran anchos de espaldas, tenían los
cuellos muy fuertes, cabalgaban ligeramente y eran soberbios por
naturaleza.
(Fragmento del capítulo
401, Del fecho de los vgnos; que gentes fueron et de que linage et
cuemo ganaron tierra de Scitia, de la Estoria de Espanna que
fizo el muy noble rey don Alfonsso, fijo del rey don Fernando et de
la reyna donna Beatriz).
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