Teatro escolar



Corral de comedias, Almagro, Ciudad Real

Nora Castro llevó a sus alumnos a la representación de una obra de Eugene O'Neill. Los personajes del drama eran un padre mezquino, una madre drogadicta, un hijo alcoholizado y otro enfermo de tuberculosis. Al salir de la función, les preguntó qué les había parecido.
Unos se quejaron de que duraba casi dos horas y no pasaba nada: no hacían más que hablar.
Es demasiado triste -se lamentaron los que salían con el corazón en un puño.
Lo que bebían de la botella, ¿era alcohol de verdad? ¿Muere el tuberculoso?
¿Y la borrachera que agarraba el hermano mayor? Verle rodar por el suelo había sido el único momento gracioso de la obra.
Si los actores se quedan en blanco sin saber qué decir, ¿hay alguien que les sople el texto? ¿Dónde se esconde el apuntador?
Como los alumnos demostraron haber estado atentos y ser unos críticos perspicaces, les pidió que pusieran sus comentarios por escrito y se comprometió a subirles un punto en la nota de Literatura. Luego les contó la vida de Eugene O'Neill.
Les causó una impresión fatal que la vida real se pareciera tanto a una función de teatro.

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