El ejemplo griego


Democracia es una palabra griega y griegos son los fundamentos de la civilización europea. Así que no entendemos por qué la democracia griega repugna a la oligarquía capitalista. Los capitalistas a los que se les llena la boca hablando de Unión Europea están indignados porque el nuevo gobierno de Syriza aspira a utopías tales como el establecimiento de una seguridad social universal: un derroche que Grecia no se puede permitir, un giro radical a la izquierda que escandaliza incluso a los socialdemócratas de toda la vida, porque se empieza pidiendo hospitales públicos y se acaba persiguiendo a los disidentes, como en Venezuela. Los capitalistas se hacen cruces y publican en sus periódicos que, aparte de radicales, estos advenedizos sin experiencia en el poder son machistas, maquiavélicos que pactan con sus rivales, amigos de los rusos y enemigos de las corbatas. Y está al caer, corruptos como todo hijo de vecino.

En el país del Quijote, la prensa al servicio del capital ningunea a Grecia: son pequeños, más pequeños que Andalucía, y además nos deben mucho dinero. ¿Hay algún tonto dispuesto a perdonarles su parte de la deuda? Hasta la intercesión milagrosa de la Santísima Troika eran un hatajo de tramposos: no pagaban impuestos, los profesores tenían cinco meses de vacaciones y los funcionarios se jubilaban con tanta prontitud que entre ellos ni siquiera se estilaba nuestro castizo “vuelva usted mañana”. ¿Por qué no recuerdan quién gobernaba entonces en Grecia? 
 
En el país del Quijote, hemos dejado de ser nuevos ricos para ser nuevos alumnos aplicados. Y los chapones, los empollones repelentes se indignan porque Grecia no ha hecho los deberes como España, que somos los listos de la clase. Y esta victoria de los vagos y los díscolos es un mal ejemplo para Europa, y en particular para España. Don Quijote, como Odiseo, no se dejará seducir por el canto de las sirenas, sean estas bellezas egeas o caribeñas.

Sostiene Heródoto en su Historia que los atenienses fueron un pueblo débil mientras estuvieron oprimidos por la tiranía, pero que cuando recobraron la libertad, se hicieron superiores en la guerra a sus enemigos. Y añade: Ello demuestra que, cuando estaban sometidos, eran cobardes intencionadamente porque trabajaban para un señor: pero cuando quedaron libres, cada uno se afanaba en realizar obras en beneficio propio.

Celebremos, pues, la valentía recobrada y la libertad de Grecia.

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