Le recuerdan a un lugar de
Montana estos picos nevados, los páramos donde pastan rebaños de
ovejas y los bosques de pinos.
Hemos
conducidos por carreteras solitarias que cruzan el invierno de la
Meseta, y nos hemos detenido a sonreír a la camarera ucraniana de un
bar de mala muerte, y a charlar con los hombres que cazan venados en
el monte y patos en las lagunas.
Luego
me ha preguntado por Machado, el camino de Soria y por un pueblo de
Francia llamado Collioure.
Yo
sé que ha leído a Machado en un sitio junto al río, desde donde se
alcanza a ver las montañas, en un tiempo en que quería alejarse de
todo -en especial, de la literatura- y escuchaba noticias de política
canadiense en las radios de Ottawa o Toronto. También, que colgó un retrato del poeta en la
pared de la habitación. Y soñó que un tren pasaba por su sueño y
lo despertaba.
Conducimos por carreteras rurales del norte de Castilla y dice:
This
morning I though about you hard, Machado.
And
I hope, even in the face of what I know about death,
that
you got the message I intended.
But
it's okay even if you didn't it. Sleep well. Rest.
Sooner
or later I hope we'll meet.
And
then I can tell you these things myself.
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