La larga noche polar


Dicen que en los Polos, durante el invierno, la noche dura casi seis meses. ¿Cómo os sentiríais vosotros en una noche tan larga? Escribid vuestras reflexiones.

(Jorge H.) Yo me viciaría con la Play Station. Bueno, ya estoy viciado aquí aunque sea de día.

(Laura V.) A mí me encanta la noche, ver el cielo estrellado y cenar al aire libre. Pero no creo que en el Polo se pueda salir de noche porque hay osos polares.

(Mario Q.) Yo soy esquiador. Me iría a esquiar o a dar una vuelta en trineo por ahí. Prefiero las motos a los perros. Y una casa normal antes que un iglú.

(Nerea M.) Lo ideal sería que el curso fuera en invierno y las vacaciones en verano. Así tendríamos seis meses de vacaciones sin que se hiciera de noche nunca.

(Miguel O.) En la Antártida no vive nadie, solo algunos científicos. Y a los científicos les da igual que sea de día o de noche porque están a lo que están, o sea, a investigar. A mí me gustaría ser ingeniero de los que diseñan coches, así que no tendría que ir al Polo.

(Lucía E.) Me encantaría ver una aurora boreal. Lo más parecido que he visto a una aurora boreal es una lluvia de estrellas fugaces y pedí un deseo. Pero no voy a decir cuál es.

(Anabel D.) Con lo que yo odio la oscuridad, no creo que lo pasara muy bien en una noche tan larga. Cuando estoy sola en la habitación, oigo ruidos y siento que hay alguien espiándome. Por eso me gusta dormirme con la radio encendida. ¡Qué horror una noche de seis meses! La nieve cayendo, el viento soplando... Eso solo lo aguantan los esquimales porque comen carne de foca.

(Pedro G.) La noche y el frío tienen su lado bueno. Yo creo que en los países nórdicos la gente lee más porque no puede salir a la calle. Y además, son los campeones del mundo de ajedrez. Gracias a las bajas temperaturas, se vuelven más educados.

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