Yo exijo, 2


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Egon Schiele, Self Portrait with black Vase, 1911

 Los que en las escuelas y hospitales públicos apuntan con el dedo con que se hurgan la nariz al corazón del trabajador público y gritan ¡Yo exijo! suelen ser los mismos que con sumisión perruna solicitan un préstamo al banco y reclaman, si se sienten estafados, a las grandes empresas de telefonía, luz o gas.


Exigir es pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho. Nosotros creemos que la educación y la sanidad son derechos que debe garantizar el Estado. Exigir una sanidad y una educación publica es, pues, un acto de civismo. Pero desconfiad de los que piden la luna a los servicios públicos imperiosa y altaneramente, porque en la cosa pública no hay clientes que siempre tengan la razón (la razón que les da el dinero), sino ciudadanos copartícipes del bien común; lo que nos obliga a todos, si queremos evitar su derribo, a comportarnos como verdaderos comunistas, en el recto sentido de la palabra.


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