Pieter Bureghel el Viejo, Los proverbios flamencos, 1559 |
Ni siquiera en los peores arrebatos de mal genio, Nora C. reivindicaba la pedagogía de Herodes, como hacía su maestro Mairena.
Ella pensaba que el bueno de
Herodes, al igual que el hombre del saco, era un espantajo incapaz de
asustar a nadie en estos tiempos de incredulidad. Pero la guillotina
eléctrica que Max Estrella quería instalar en la Puerta del Sol...
¡ah, eso era otra cosa! La pedagogía, a fin de cuentas, es una
controversia, un esperpento... ¡Cráneo privilegiado!
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