Tanzano, National Archives, UK |
El barro que se formó por la mezcla de las cenizas del volcán Sadiman y el agua de la lluvia nos ha legado las huellas de tres homínidos que salieron a caminar hace unos 3.5 millones de años en Laetoli, Tanzania. El equipo de Mary Leakey descubrió su rastro en 1978. Según los investigadores, uno de los caminantes era una hembra o una cría.
Apunto
estos datos de La especie elegida (1998), el libro que junto
a las excavaciones de Atapuerca más hizo por la divulgación de la
Paleoantropología en nuestro país. Los autores, Juan Luis Arsuaga e
Ignacio Martínez, caracterizan a los australopitecos como
“chimpancés bípedos” y explican que el ser humano es el único
mamífero capaz de andar erguido, a
pasos firmes, dando
largas zancadas y extendiendo las piernas por detrás de la caderas
sin
balancearse ni caerse, lo que
es posible gracias a los músculos abductores que estabilizan la
cadera.
Ellos
son verdaderos
caminantes que hicieron camino al andar. En
el valle del Rift, en las sabanas de África oriental, solo existían
las veredas trazadas por el ir y venir de las fieras. Y como otras
fieras, el chimpancé bípedo andaba o
corría para cazar y no ser cazado, en busca de agua, en
busca de refugio: ¿a dónde iba Lucy con su hijo cargado en brazos?
Hasta
que en el Neolítico se
domesticaron algunos animales y empezaron
a utilizarse como
cabalgaduras, no había otro medio de desplazarse que andando, y
andando la especie humana colonizó
el planeta.
Andar
era, pues, un medio de locomoción.
¿Caminar
y andar significan lo mismo?
Andar (del
latín ambulare)
es ir de un lugar a otro dando pasos y caminar
(del celtolatino camminus,
“camino”) es ir andando de un lugar a otro. Al
caminar se
le supone camino, aunque no
en el sentido estricto de
vía de tránsito o tierra hollada por donde se transita
habitualmente, que es como el
diccionario define la voz camino,
pues
se puede caminar por la espesura sin
trochas de una selva, por
páramos y desiertos.
Pero si se entiende por camino
la dirección que ha de seguirse para llegar a algún
lugar, otra
de las acepciones del vocablo, entonces
sí tiene sentido caminar por lugares
vírgenes.
Los significados de andar
oscilan desde el ir
al estar o al haber
en una gama semántica más
compleja. Una mujer que anda
preocupada no necesariamente camina
preocupada y si digo que ando
leyendo un libro, nadie entiende que camino mientras lo leo. En un
romance tradicional se cuenta que, disfrazada de peregrina, una
condesa anduvo siete reinados, / morería y cristiandad. /
Anduvo por mar y tierra, / no pudo al conde encontrar:
versos en los que andar
equivale a viajar, incluso por sitios donde no es factible caminar.
Reparemos, en fin, que como
término contrario
de correr usamos
andar, y que la
oposición semántica se basa en una gradación de la velocidad de
paso. Caminar es andar
considerado desde la perspectiva del camino; andar
es una mecánica de pasos,
zancadas y abductores que estabilizan la cadera; por
eso, si no hay camino, se
hace camino al andar, y
el andar se vuelve
entonces
caminar.
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