Sobre las raíces históricas del cuento


Urueña, Valladolid

En la Morfología del cuento (1928), el investigador soviético Vladimir Propp deja bien claro desde el principio que: Antes de elucidar la cuestión del origen del cuento, es evidente que hay que saber qué es el cuento (p. 17). Para ello efectúa un meticuloso análisis de cien cuentos maravillosos procedentes de la colección de Cuentos populares rusos de Afanasiev. El objetivo es ofrecer una descripción de los cuentos según sus partes constitutivas y las relaciones de estas partes entre ellas y con el conjunto (p. 31). No vamos a entrar en detalles de la complicada disección; basta con que sepamos que Propp delimita cinco categorías estructurales: funciones, elementos de unión, motivaciones, formas de irrupción en escena y atributos. El autor observa que a menudo personajes diversos en cuentos diversos realizan las mismas acciones. Lo esencial, en consecuencia, es formalizar y sistematizar esas acciones con independencia de quién y cómo las haga. La función, concepto clave en la teoría de Propp, se entiende como la acción de un personaje definida desde el punto de vista de su significación en el desarrollo de la intriga (p. 33). Propp distingue 31 funciones, de cada una de las cuales ofrece una breve descripción de la acción (por ejemplo: El agresor es vencido), una nomenclatura (por ejemplo, victoria), un signo convencional (J) y una subdivisión en grupos documentada con ejemplos del corpus (J1: Es vencido en un combate en pleno campo; J2: Es vencido en la competición). Delimitadas y examinadas las partes constitutivas del cuento maravilloso, se procede a su caracterización estructural: Se puede llamar cuento maravilloso desde el punto de vista morfológico a todo desarrollo que partiendo de una fechoría (A) o de una carencia (a) y pasando por las funciones intermedias, culmina en el matrimonio (W) o en otras funciones utilizadas como desenlace (p. 107). La labor de desestructuración del relato permite incluso identificar cuatro clases de cuentos maravillosos: desarrollo pasando por H-J (combate-victoria), desarrollo pasando por M-N (tarea difícil-realización), desarrollo pasando por H-J y M-N, y desarrollo sin pasar por H-J ni M-N.



Ya tenemos la estructura del cuento maravilloso reducida a una serie de fórmulas narratológicas. En Las raíces históricas del cuento (1946), Propp se propone ir más lejos, tomando como punto de partida una hipótesis esbozada en la Morfología: es bastante posible que exista un vínculo, regido por leyes, entre las formas arcaicas de la cultura y la religión, por un lado; y entre la religión y los cuentos, por otro. Una cultura muere, una religión muere y su contenido se transforma en cuento. Las huellas de las representaciones religiosas arcaicas que conservan los cuentos son tan evidentes que se pueden aislar previamente a cualquier estudio histórico (p. 123).


Si el elaborado mecanismo de análisis de la Morfología se situaba en la órbita del estructuralismo, Las raíces fundamenta su investigación en el materialismo histórico marxista. Pretende, pues, hallar en el pasado el modo de producción que hizo posible el cuento (p. 19). Ello lleva al autor a retroceder hasta un régimen precapitalista en el que el cuento maravilloso se nutre de ritos, costumbres y mitos arcaicos. El autor considera los posibles casos de correspondencia entre estos fenómenos superestructurales y las estucturas socioeconómicas en que se originaron. Cuando algún elemento no puede asociarse de manera directa con ninguna realidad histórica -recuérdese que estamos tratando de literatura fantástica-, hay que tener en cuenta la mentalidad primitiva, que está condicionada históricamente.


Las raíces es un trabajo de folklore comparado histórico sobre la base del material ruso considerado como punto de partida (p. 43) y contrastado con una cantidad notable de datos etnológicos de diferentes partes del mundo. En el capítulo titulado “El bosque misterioso”, Propp examina el significado de la partida del héroe y su llegada a un bosque en donde suele obtener el medio mágico a través de un donante. El estudio empieza relacionando el papel del bosque con la estructura del cuento, en concreto con varias funciones: partida del héroe, primera función del donante, reacción del héroe, recepción del objeto mágico, etc. El siguiente paso supone una superación cualitativa del análisis sintagmático para buscar en mitos y ritos antiguos los orígenes del motivo. Para ello Propp recurre a las aportaciones de la Etnología, que le permiten formular una conclusión parcial: el bosque era, por un lado, el lugar habitual de celebración de los ritos iniciáticos; y por otro, aparece en diferentes mitologías del mundo como una entrada en el reino de los muertos. Además, los ritos de iniciación estaban relacionados con representaciones de la muerte y realizaban una función social en un contexto socioeconómico que los propiciaba. Tras analizar de modo semejante cada una de las partes del cuento, Propp sostiene que el ciclo de iniciación es la base más antigua del cuento maravilloso (p. 524); y si añadimos el ciclo de representaciones de la muerte, se coligen los factores fundamentales del cuento (p. 524).


León


La unidad del conjunto radica asimismo en la realidad histórica. Esto es, el orden de los elementos del cuento se corresponde con el orden del ritual o de la trama mítica: Lo que hoy en día se narra, en otra época se hacía, se representaba; y lo que no se hacía, era imaginado (p. 525). 


El origen de los temas y composición de los cuentos maravillosos hay que buscarlo en el “régimen del clan”. Con el paso del tiempo, las transformaciones socioeconómicas consiguieron que los temas de mitos y ritos perdieran su función social para convertirse en meros objetos artísticos. De este modo, el mito pervivió en el relato, pero desligado de los ritos originales, y esta separación marca a juicio de Propp el comienzo de la historia de los cuentos maravillosos. La tan traída y llevada universalidad de los motivos folklóricos se explica, pues, desde una perspectiva materialista: Aquí está la explicación histórica (…) del fenómeno de la analogía universal de los temas folklóricos. Esta analogía es mucho más amplia y profunda de lo que parece a primera vista. Ni la teoría de las migraciones ni la de la unidad de la psiquis humana, propugnada por la escuela antropológica, pueden resolver este problema. Se resuelve con la investigación histórica del folklore en su conexión con la economía de la vida material (p. 535). 


Etiopía


Ediciones consultadas: Morfología del cuento, Madrid, Fundamentos, 1987, 7ª edición y Las raíces históricas del cuento, Madrid, Fundamentos, 1987, 5ª edición.







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