Escuchando a Bob Marley en una carretera de Castilla



JOHANSEN, Vigg
Near Skagen Østerby after a Storm, 1885


Lo contrario del negro no es el blanco ni del campo de cebada, el arrecife de coral. Atravesando Castilla por carreteras secundarias, explorando los puertos de montaña que ascienden hasta las explanadas de la nieve y los caminos bordeados de álamos que llevan a cementerios visigodos, heme aquí, nostálgico de tu isla de Jamaica, de tu sueño africano y de los encantos de la reina de Saba, que sedujo a Salomón.

Soy de esta tierra: me cuidaré de pronunciar su nombre en vano o negarla en aras de bienintencionados amoríos universales. Un abrazo que no rodea el cuerpo de una mujer, un hombre o un niño difícilmente puede abarcar los 12.742 kilómetros de diámetro del planeta Tierra.

Aunque yo no te eligiera para nacer, tierra mía, sí elijo descreer del fulgor mortecino de tu estrella, y de las marcas con que a hierro y fuego pretenden señalarnos los tristes, los místicos y los soberbios.

Como si hubiera sido compuesta a propósito, la música acompaña al viajero y al paisaje, y la ruta se acompasa a los ritmos de reggae con que late el corazón de la humanidad.


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