Nikolay Nikanorovich Dubovskoy, Twilight in the Mountains, 1909 |
La cima del Mulhacén, a
3478 metros de altura, está más cerca
del cielo que el Patio de los Leones (Sahan al-Osud). En
pleno verano la nieve se niega a ser rumor de caño o acequia. Las
constelaciones simulan
arabescos: Aldebarán, Altair o
Deneb se llaman en árabe
las estrellas. Aldebarán:
en
la actualidad la sonda Pioneer 10 se dirige hacia Aldebarán, adonde
llegará dentro de 1.690.000 años; Altair: Altair posee una de las
velocidades de rotación más altas que se conocen, solo
inferior a la de las estrellas de neutrones y las enanas blancas;
Deneb: situada a 7° del polo norte celeste, fue una aceptable
Estrella Polar intermedia hace 18.000 años y volverá a serlo
alrededor del año 9800 (datos
copiados de la
Wikipedia).
A 3478 metros de altura cualquier meseta se da un aire al Tibet. La filosofía de los budistas recuerda a la filosofía de los alpinistas como un antílope del Himalaya a una cabra montés. Gracias al tercer ojo, vislumbramos los mercantes que cruzan el Estrecho, a los cultivadores de tomates en rama, a los astrofísicos andaluces y a los monitores de esquí.
Otro día, bajando el río Poqueira, iremos a la Alpujarra.
A 3478 metros de altura cualquier meseta se da un aire al Tibet. La filosofía de los budistas recuerda a la filosofía de los alpinistas como un antílope del Himalaya a una cabra montés. Gracias al tercer ojo, vislumbramos los mercantes que cruzan el Estrecho, a los cultivadores de tomates en rama, a los astrofísicos andaluces y a los monitores de esquí.
Otro día, bajando el río Poqueira, iremos a la Alpujarra.
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