Advertencia escolar

Circulation by Svyatoslav Ryabkin
Svyatoslav Ryabkin, Circulation, 2008


Nuestros alumnos no son como los educandos de la colonia Gorki, a quienes fuera de la escuela solo esperaban la miseria y la cárcel; o como esos campesinos que recibían encandilados a las Misiones Pedagógicas de la República, porque nunca hasta entonces habían visto un cuadro de Velázquez, un miscroscopio o una obra de Lope de Vega.

¿Con qué les vamos a sorprender nosotros si ya lo tienen todo en internet y la televisión? La escuela hay que pasarla porque desgraciadamente aún no se ha descubierto ninguna vacuna contra la enfermedad infecciosa de las aulas, los profesores y los exámenes. Como guardería de adolescentes y expendeduría de títulos de enseñanza obligatoria es un organismo necesario que merece, si no la consideración, por lo menos el interés de los padres. 

Quizá pequemos de ilusos quienes, desde la instrucción pública, perseveramos en la esperanza de más altos ideales. 

Leed, no obstante, a los escolares el poema Advertencia, de Felipe Benítez Reyes; o mejor aún, que lo lea en voz alta una de esas alumnas que se acuestan con libros de setecientas páginas e, insolentes y promiscuas, lo hacen cada semana con uno distinto. 

Comprobaréis que amaina, por unos minutos, el runrún de fondo de los revoltosos. No creáis que dejan de enredar por respeto a la compañera o al profesor. La poesía, como diría el Quijote, es hecha de una alquimia de tal virtud, que convierte en oro incluso la plúmbea clase de literatura.

Sucede que los versos de Felipe Benítez Reyes les conciernen y emocionan. Tal vez en casa, alguno los busque y relea en su ordenador personal, y apunte en la carpeta o agenda; habrá también quien, pasados los años, evoque el momento lírico con nostalgia.

Entre el libro de texto y el rincón del vago hay tesoros, como el de Felipe Benítez Reyes, que solo la escuela les puede descubrir.