Será ley de vida esa competitividad feroz de los cachorros que se
disputan la ubre de la madre y selección natural, que los fuertes
aniquilen a los débiles... ¡pero esas miradas aviesas y ese
rechinar de dientes por unas décimas arriba o abajo en la
calificación escolar! Ved aquí los frutos de la educación. Y no es lo malo que habiendo obtenido
excelentes resultados los quieran mejores, sino que los quieran
mejores para restregárselos por el morro al rival del pupitre de
enfrente... O peor aún, para el día de mañana ser personas de
provecho.
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