Cuaderno de invierno, 2 (o siesta de telediario)




Martín Blok se ha quedado dormido mientras ve el informativo de televisión. La amenidad de las primeras noticias: una familia asesinada al completo en su casa de campo, degollados en su propia cama los padres y pasados a cuchillo los hijos; seguido del violador de niñas detenido en el gimnasio donde practicaba artes marciales, lo mantuvo despierto, si bien dando cabezadas, hasta bien entrada la sección de internacional, cuando se abordó el tema de las maldades perpetradas por los rusos en Siria. Luego ha sentido frío, se ha arropado con una manta que hay sobre el respaldo del sillón y se le han cerrado los ojos a pesar de las impactantes imágenes de los niños de Alepo, que resisten a los bombardeos.

Martín Blok está agotado. La mañana se le ha ido en un santiamén, ocupado en ingratas tareas domésticas. Tras recoger la habitación suya y la de su hijo, inmediatamente después de que este marchara a las 8.30 al Instituto, barrió los 85 metros cuadrados del piso, puso una lavadora, descolgó la ropa seca del tendedero, separó las prendas que no hay que planchar de las prendas que sí hay que planchar, ordenó calzoncillos, calcetines y camisetas en pilas de similar altura, se enredó acto seguido en la cocina, donde aún estaban sin limpiar las tazas del desayuno, y así, entre unas cosas y otras, le dio la hora de ponerse a pensar en qué haría de comida y de disponerse a prepararla.

Ni siquiera tuvo tiempo de meterse en Facebok y consultar la prensa digital. Por no vestirse y bajar a la panadería, se quedó sin pan, pero como había pan de molde en casa y además convenía comerlo antes de que caducara, esto no supuso mayor trastorno.

El hijo de Martín Blok va a la escuela a las cuatro, porque es lunes, y los lunes por la tarde hay clase en el Instituto. Ya sabe que debe evitar los portazos. El padre se ha quedado traspuesto, la barriga y las piernas tapadas con una manta de viaje que, años atrás, le regalaron al comprar unas cadenas para la nieve en la tienda de una gasolinera.

La locutora del telediario pestañea y sonríe, seductora, mientras informa de que el número de parados ha descendido en 157.786 personas el último mes. 

Martín Blok no se entera de esta noticia ni de las siguientes. Cuando despierte de la siesta, verá imágenes de las lluvias torrenciales que caen en el sureste, la región normalmente menos lluviosa, y la nieve cerrando carreteras en el altiplano de Yecla. El campo de Albacete parece Rusia. Los servicios de emergencia hallan a un mendigo congelado en Teruel.

Comentarios