Cuaderno de invierno, 5 (o silent night)



¡Qué noche de paz ni qué niño muerto! Mientras las familias hacían la digestión de los langostinos, atronaban las explosiones de los petardos en la calle: temblaban los vidrios, saltaban las alarmas de los coches, los perros gemían, los niños lloraban y los enfermos de cáncer no podían dormir. ¡Pobres idiotas! ¡Como si echaran de menos los escombros de Alepo! Silent night, holy night. All is calm, all is bright...

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