–¡Viva
España!
–Depende.
–¿Depende
de qué?
–Si
por España entendemos el Estado social y de derecho, viva. Aunque
puestos a entonar loas a la patria, yo preferiría el grito de ¡Viva
la Seguridad Social!
–¿Y
la Nación, la Lengua, la Historia...?
–Haya
una buena educación publica y ya está.
–Pero
la Bandera, el Himno...
–Lea
usted a Sánchez Ferlosio, que escribe: La verdad de la patria la
cantan los himnos: todos son canciones de guerra.
–Yo no sé quién es ese Sánchez Ferlosio ni me importa, pero
a mí me emociona escuchar el himno cuando uno de nuestros deportistas sube al podio. Yo no me avergüenzo de ser español. ¿Y usted?
El
interpelado calla, se encoge de hombros y suspira. Se diría que le
duele España. Pero no, lo que le duele a rabiar es la muela del juicio... Y hace
meses que espera una intervención de la Seguridad Social.
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