La cabra que tira al monte




Echarse al monte no es lo mismo que irse al monte, expresiones que difieren a su vez de andar alguien a monte. Quien va al monte busca los senderos que le lleven a la aventura, al locus amoenus o quizás al quinto pino. El individuo que anda a monte es que anda en malos pasos, pero no extraviado en terreno forestal. Echarse al monte significa ponerse fuera de la ley en partida insurrecta o en bandolerismo, acción propia de salteadores y no de excursionistas que solo aspiran a un poco de silencio y tranquilidad. Quien se echa al monte está condenado a convertirse en un desecho de la sociedad, en un forajido o fuera exido. Quien huye del mundo para retirarse a la soledad de los bosques, sea el santo ermitaño, el poeta de la morcilla o el pionero del lago Walden, nos merece la consideración de sabio y le cantamos en versos beatus ille... La sabiduría popular, que no repara en tales sutilezas, despacha a unos y otros con el refrán de que la cabra siempre tira al monte.

Comentarios