Apunta
Nora Castro en su diario:
Después
de un atentado terrorista, oigo en el telediario que el radicalismo de
los jóvenes se combate con educación. Después de un asesinato
machista, los expertos claman que la violencia contra las mujeres se
combate con educación. Con educación se previenen los accidentes de
tráfico, la obesidad infantil, el calentamiento del clima y el
consumo de drogas... Y todas estas maravillas nos las cuentan en un país
que solo dedica el 4 % de su Producto Interior Bruto a la educación,
que se permite el lujo de exportar universitarios en paro a Alemania y que congela el sueldo
de los profesores para evitar la ruina de los banqueros. Pues, hala,
¡viva la educación manque pierda!
Falló
el servidor de internet en el instituto y no pude dar clase. Por
fortuna, tenía en la taquilla de la sala de profesores un ejemplar
de Platero y yo. Cuando leemos que los ojos de Platero son
espejos de azabache, pregunto a los alumnos:
−¿Sabéis
vosotros lo que es el azabache?
−¡No!
−Pues
vamos a buscar el azabache en las
imágenes de Google.
¡Ah,
pero como no
había
internet, adiós a
la
clase interactiva! Tuvimos
que prescindir de las competencias
digital y emprendedora para volver a la parda y fría monotonía de la lección
magistral.
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