Diario de aula, 8




A medidodía −anota Nora Castro en su diario− como garbanzos y por la tarde tengo que explicar la literatura de Galdós. Ojalá que los gases no me fastidien la clase más importante del curso.




En Chile la polla es la lotería. Imagínense, la Polla Nacional... ¿Y qué haríais vosotros si os tocara la polla?

Los alumnos se parten de risa, alborotan, se arma un tremendo guirigay.

−Mejor no lo pongáis por escrito −intentando calmarlos−. El asunto de la polla lo trataremos solo de manera oral.

Muestras de asombro. Aspavientos de escándalo.

−Quiero decir que disertaremos sobre la variación dialectal del castellano sin penetrar en profundidades teóricas.

 ¿He dicho sin penetrar? Eufórico, levanta la mano el gracioso de turno. Simulo que no lo veo.




−Vais a escribir un relato sobre una persona que presencia el aterrizaje de un platillo volante, se acerca al lugar de los hechos, contacta con los marcianos, estos la raptan y la llevan en su nave espacial hasta el lejano asteroide de Itokawa.

Malena levanta la mano.

−Profesora, ¿puede ser inventada?

−¡Mujer, lo gordo del asunto es que fuera real!

−Ah, vale.

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