“El
español dejó de ser castellano para convertirse en idioma común de
todos los españoles”.
Tras
este sofisma solo veo la mala conciencia de los castellanos, que
quieren ocultar el origen de la lengua impuesta a los demás pueblos
del Estado, o la mala sombra de los españoles, que no se soportan
unos a otros en su diversidad.
En
Galicia y otras partes, tanto entre alumnos como profesores, es frecuente oír
declaraciones del tipo “Yo no hablo castellano, sino español.
Castellano es lo que se habla en Castilla”. Peor aún, por esa
regla de tres, llaman
español
a
lo que se habla en España y latino
(me niego a repetir el término
despectivo que usan algunos jóvenes),
a lo
que se habla en Latinoamérica.
He
ahí los resultados del nacional-academicismo español.
Para ser de todos, el castellano tiene que ser de nadie y ese Nadie o conjunto vacío es a
lo que ellos llaman España.
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