Literatura de viajes, 3




Un viajero quería ir a Samarkanda porque había leído los libros de viajes antiguos y sabía de memoria los versos de Oman Jayam. Así que un buen día lió el petate y partió en busca de aventuras. Anduvo y anduvo por medio del monte hasta que se extravió en páramos donde aúllan los lobos a la luna llena. Cuando a la mañana siguiente sus vecinos lo encontraron temblando de frío en una cabaña, contó que lo había raptado la bruja del bosque y lo había hechizado con una pócima. Según dijo, había visto a lo lejos, en un sueño nebuloso, la cúpula azul de Gur-e Amir.



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