Literatura de viajes, 4





En la isla de Bohío, Colón tuvo noticias de unos hombres de un ojo y otros con hoçicos de perros que comían hombres, y que en tomando uno lo degollavan y le bevían la sangre y le cortavan su natura, información que consignó en su Diario de a bordo con fecha del 4 de noviembre de 1492. Esta raza de hombres-perro también existía en la India. Marco Polo, cuya obra había leído Cristóbal Colón, los situó en el reino de Lambri, en montes poblados de unicornios.

Escéptica, la sabiduría popular cifró todos los embustes de la literatura de viajes en un refrán que dice: De luengas tierras, luengas mentiras. De esa estirpe mentirosa vienen los libros de caballeros andantes, marinos, descubridores, pícaros y fanfarrones. Nosotros, gente de mucho andar y leer, también.




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