Literatura de viajes, 6




Ni voy rumbo a lo desconocido, como los descubridores, ni voy a descubrirme a mí mismo abandonando un entorno confortable para afrontar los rigores de la intemperie. Para eso no voy a ninguna parte, que bastantes mapas en blanco y agujeros negros hay aquí, sin salir de casa. Tampoco pretendo ser el caminante que hace el camino al andar por el barro, la nieve o el matorral que nunca nadie ha pisado. Nada de eso. Toda la mística del viajero se cifra en un simple “Me voy”.



Comentarios