¿Vuelta a las Humanidades?




La cuestión no es, a nuestro modesto parecer, que la Literatura, el Latín o el Griego vuelvan por sus fueros, que supuestamente les usurparon las Ciencias y la Tecnología; y regresen a las aulas tras un penoso destierro, como el viajero de "Soledades" que en el sueño infantil de un claro día / vimos partir hacia un país lejano. ¿Estuvieron aquí alguna vez? La lectura, el conocimiento riguroso de las fuerzas de la historia en que se producen los fenómenos culturales, el comentario crítico, el diálogo nunca ocuparon el lugar que se merecen en ningún plan de enseñanza. Por eso levanta sospechas cualquier reforma que proponga “una vuelta a las Humanidades”, como si las Humanidades fueran el añorado pueblo de los abuelos donde todo era aire puro y tranquilidad. En una educación progresista, la lectura de Heródoto no puede ser una alternativa al laboratorio de Física sino, en todo caso, a las necedades de los medios de comunicación y las redes sociales.

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