Más allá de las tierras lejanas





 Cuando estuve en Islandia quería ir a Groenlandia; desde Estambul, partir con destino a Damasco y Bagdad; en la Tierra del Fuego miraba hacia el sur, a la Antártida; cuando fui a Adís Abeba, ojalá hubiera ido al valle del Omo.

Siempre hay un más allá de las tierras lejanas. Cuando yo era niño, un monte de La Garganta más allá del monte de Las Mesas. No importa si nunca llegaré al Continente Blanco o me extraviaré en Tierra Incógnita. Lo importante es que desde entonces, caminos de Castilla, no he parado de caminar.



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