Ordinales




Había un profesor de gramática que se volvió loco y le dio la manía de exigir a sus alumnos que estudiasen la lista disparatada de los numerales ordinales.
Sacaba a una chica a la pizarra y le decía:
—¿Qué número es el milésimo septingentésimo decimosexto?
La chica no tenía ni idea y se llevaba un cero.
Salía otro. El profesor preguntaba:
—¿Qué número es el cienmilésimo noningentésimo trigésimo segundo?
Al chico se le saltaban las lágrimas porque siempre había tenido un sobresaliente en Lengua y no estaba acostumbrado a los suspensos.
Los padres se quejaron a la directora del Instituto.
—Es la treceava vez que le solicitamos una cita y se niega a recibirnos.
Al profesor casi le dio un síncope cuando oyó semejante barbaridad. Convencido de la importancia de los numerales y las ventajas de su didáctica, pocos días después puso a los alumnos un examen en el que se jugaban la evaluación a una sola pregunta:
 

¿Cuál es el numeral ordinal correspondiente al 911.695.384?


Comentarios