Todos los caminos llevan a Roma, 1




Antes de ir a Roma invoca a la loba Luperca, que amamantó a los gemelos Rómulo y Remo en el monte Palatino; pregunta por qué Aníbal condujo sus elefantes a través de los Alpes nevados; averigua el nombre de los magistrados que integraban el primer triunvirato; investiga a quién asesinaron en los idus de marzo; adivina por qué Augusto mereció el título de divino. Antes de ir a Roma recita los hexámetros de la Eneida, estudia las Décadas de Tito Livio y los Anales de Tácito, infórmate sobre el diámetro de la cúpula del Panteón... Porque cuando llegues a Roma no verás Roma, caminante que llevas en el alma el sueño de la Ciudad Eterna. 

─Y, sin embargo, habrán merecido la pena los codazos en la Fontana de Trevi, los pisotones en la Capilla Sixtina y los atracones de pizzas y helados, caminante que paseas por las calles del Trastévere.


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