Palomas




En vez de torcerle el cuello al cisne —de engañoso plumaje / que da su nota blanca al azul de la fuente— habría que rebanarle el gaznate a la paloma: esa criatura infecta, pacifista falsaria, que ensucia las estatuas de excrementos y acecha, ávida, mientras tomamos una cerveza en la terraza.


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