Pandemia, 5-11




(Pandemia, 5) Un día vinieron los soldados al pueblo donde vivo. Primero vimos sus camiones de camuflaje y sus vehículos todoterreno. Se desplegaron por las calles vacías. En algunos cruces montaron controles conjuntos con la Guardia Civil y pedían la documentación a los conductores de los escasos coches que transitaban. Nos habían explicado que la epidemia era como una guerra, que estábamos en guerra. No iban armados pero impresionaba verlos con sus uniformes de campaña y cargados con grandes mochilas. Incluso eran amables. Algunas personas los saludaban desde los balcones porque, según decían, habían venido a echar una mano. Sin embargo, aquella parafernalia bélica que espiábamos desde las ventanas parecía el decorado de una película catastrofista. Podía imaginarse en Gotham o en un Detroit distópico, arrasado por un ataque nuclear de Corea del Norte y envuelto en una letal neblina radiactiva. Y he aquí que estaba pasando en nuestro pequeño pueblo: un lugar con iglesia gótica, biblioteca municipal y parque de columpios; un sitio ideal para sentarse en la terraza de una cafetería y cotillear de los vecinos.


(Pandemia, 6) Cuando era pequeño, me encantaban los documentales de niños que vivían en ranchos aislados de Australia o en cabañas de tramperos en Alaska. Naturalmente, estos niños no asistían a la escuela pero sus estados se ocupaban de que recibieran una buena educación. Para ello disponían de aparatos de radio mediante los que se comunicaban con los profesores: no se habían inventado aún los ordenadores personales ni internet. Los maestros, cada cierto tiempo, visitaban a los alumnos desplazándose en hidroaviones que aterrizaban en un lago o en helicópteros que espantaban a los canguros con el ruido de los rotores. A mí, esta vida libre en las tierras salvajes me daba mucha envidia. Ver a los profesores solo una vez al mes, en vez de todos los días en el colegio, me parecía una alternativa perfectamente asumible. 


Por desgracia, las clases telemáticas que ha traído la pandemia no tienen nada que ver con la educación a distancia de aquellos pioneros. La distancia no la marcan aquí inmensos bosques de abetos, glaciares ni estepas yermas, sino calles vacías transitadas por virus letales. Nuestros estudiantes no son los buenos salvajes criados en la sabiduría de la Naturaleza; ni nosotros, intrépidos educadores que se aventuran en el desierto para llevarles la buena nueva de la cultura. Las clases telemáticas no responden a una lucha heroica de la Civilización contra la Barbarie, sino que son el resultado de un fracaso de la Civilización. No me extraña que algunos las maquillen de posmodernas y nos las quieran colar en la agenda de la Nueva Normalidad.


(Pandemia, 7) No seré yo, por cierto, quien derrame una lágrima por la suspensión de las Fallas, las procesiones de Semana Santa, la Feria de Abril o los Sanfermines como consecuencia del Estado de Alarma. Si además de suspenderlas, se invirtieran en la sanidad pública los miles de euros que las administraciones derrochan en tales desmadres colectivos, insignias de la marca España, y se aprovechara la crisis para acabar de una vez por todas con esta economía del chupinazo en beneficio de la producción industrial, creo que no seríamos menos alegres y sí, en cambio, más felices.


(Pandemia, 8) Dudas en el aula virtual.

Profe, haber si me esplicas la diferencia entre el complemento directo y el indirecto por que no lo entiendo podias recomendarme algun tutorial de youtube? Haunque estoy en una casa que falla mucho la conexión por eso habeces no me conecto.


(Pandemia, 9) Es el aula virtual. Los alumnos, al menos los estudiosos, han leído unas declaraciones de Noam Chomsky.

  Profe, he leído la entrevista a Noam Chomsy que nos recomendaste. Es alucinante que en los Estados Unidos el 0,1 % de la población posea el 20 % de la riqueza. Y me parece mal que una farmacéutica que se ha beneficiado de ayudas públicas para la investigación quiera hacer negocio con la patente de medicamentos que podrían salvar muchas vidas humanas. Bueno, ya ha hecho las cinco líneas del resumen.


(Pandemia, 10) En el aula virtual.

Profe estube sin conectarme barios dias porque tubieron que ingresar a mi abuela en el hospital asique tenia que quedarme con mi hermano peqeño, por eso no ice los deberes lo siento. lo de mi abuela ya paso, creiamos que tenia covid pero era solo algo del corazon.


(Pandemia, 11) En el aula virtual el profesor ha enlazado un vídeo sobre el voseo.

El vídeo que nos mandaste ver trata de que en Argentina y otros países utilizan el "vos" en vez del "tú". Dicen “vos sos” en vez de “tú eres”. A los niños los llaman de usted. A mí me parece bien que se trate a los niños con respeto.





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