Adiós 2020

 


 

 Pobre 2020, la manía que le ha cogido todo el mundo. Como si las desgracias de este año no tuvieran sus causas y antecedentes en los otros que le precedieron; como si la catástrofe nos hubiera pillado de repente y fuera de repente a esfumarse al repique de las campanas en la Puerta del Sol. 


Si no fuera porque son dos palabras en vez de una, yo habría votado que la palabra del año fuese “nueva normalidad”. Hay algo de contradicción semántica, enigma y ultimátum en esta fórmula entre esotérica y administrativa, que no es original del calamitoso 2020.


La expresión viene de atrás, del 2008, cuando se publicó en Bloomberg News un artículo que desarrollaba la tesis de que el crecimiento por debajo de la media sería la “nueva normalidad” en la economía post-subprime. A principios de 2009, incidiendo en el mismo mensaje, el fondo de inversión norteamericano PIMCO advertía a los gobernantes de los países desarrollados de que la vuelta a la situación previa a la crisis financiera de 2007-2008 sería incierta y complicada: o sea, nueva normalidad.


La frase, de connotaciones agoreras, amplía su significado al declararse la pandemia de coronavirus en 2020. Quienes habían descifrado esta nueva piedra de Rosetta  leyendo en sus jeroglíficos un retorno a la sanidad pública, ciudades con menos coches y economía sostenible se encuentran con que tal vez signifique distanciamiento social, explotación y aislamiento de las personas mediante el teletrabajo, toques de queda, confinamientos y virus endémicos. Con el agravante añadido de que, según los sacerdotes de la nueva normalidad, estas son mudanzas que han venido para quedarse; que debemos, en consecuencia, normalizarlas.


El 2020 no ha sido un bache en el camino; la cuestión es que llevamos muchos años yendo por el mal camino. Extraviados en una selva oscura, quieren aprovechar para imponernos una nueva normalidad tan vieja, por lo menos, como la de 2008, consistente en menos derechos y peor calidad de vida para la gente trabajadora. Confiemos en que la vacuna y el prometido verano de 2021 nos traigan salud y ánimo. Falta nos hará ante las luchas que se avecinan.

 

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