Adiós Año de Galdós

 


 

 Se ha ido 2020 denostado por todo el mundo, incluso por los lectores de Galdós. Ciertamente hemos aprovechado la oportunidad que nos brindaba la efeméride para leer obras del maestro del realismo literario que no habíamos leído todavía, pero nos quejamos de que la conmemoración haya pasado desapercibida. Se la llevó por delante, como a tantas cosas, la pandemia. Mala suerte del autor canario, que se quedó sin celebraciones en 2020 como en 1915 se quedara sin Nobel. Por añadidura, quién le iba a decir al novelista que en el centenario de su muerte le acabaría robando protagonismo su colega Emilia Pardo Bazán, de quien fue amante y cuyo nombre ha sonado en todos los telediarios con motivo de la devolución del Pazo de Meirás al patrimonio público. La mansión de la escritora fue ocupada por el dictador Francisco Franco y luego por su clan, tras la restauración de la democracia. En las Torres de Meirás pasaba Emilia Pardo Bazán los meses del año que no residía en sus casas de La Coruña y Madrid. Tenía su biblioteca, declarada recientemente Bien de Interés Cultural, en la Torre de la Quimera. Entre sus volúmenes se han localizado primeras ediciones de obras de Galdós. Cabe asimismo conjeturar que salieran de la Quimera algunas de las cartas de amor que Emilia Pardo Bazán remitió a Benito Pérez Galdós mientras duró su romance. Esto, en fin, supone una buena noticia para nuestra democracia y nuestra literatura, aunque poca o ninguna atención se le haya otorgado al protagonista del centenario.



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