Resistirán

 


 

 Es egoísmo de buen burgués y no filantropía la obstinación con que algunas personas de ideas progresistas reivindican la vuelta al confinamiento domiciliario, considerando sensatamente que un período limitado pero estricto de restricciones permitirá disminuir los contagios y acortar el tiempo de espera para que se restablezca la dorada normalidad. No es extraño este espíritu de sacrificio entre quienes nada tienen que perder cuando se echan los cerrojos. El teletrabajo les parece una alternativa avanzada porque mantienen sus puestos de trabajo y pueden ejercer sus profesiones desde la pantalla de un ordenador. No necesitan la calle porque habitan viviendas confortables. No les importa que se cierren las escuelas porque ellos se bastan para instruir a sus hijos. Compran cosas y ven cine conectados mediante fibra óptica. No están solos ni hacinados ni discuten con nadie, pues reina la paz en sus hogares.


Así cualquiera confía en que todo saldrá bien. Así cualquiera resiste.

 

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