Dicen que cuando todo esto pase, vendrá un tiempo de desenfreno. La vida que nos robó la pandemia nos la cobraremos en reencuentros, abrazos, celebraciones. Comeremos y beberemos en los bares que habían sido cerrados. Viajaremos a destinos que estaban prohibidos.
Qué bien. Ya me veo andando por un camino, con la mochila a cuestas, hacia las altas montañas.
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