Castilla la común, 13

 


 

 Un país en el que la lluvia es maldecida por las agencias de viajes y el sector de la hostelería, y nadie abre surcos en la tierra para que su agua riegue los sembrados; un país que ve la nieve como un mero estorbo que solo sirve para bloquear las carreteras y no para llenar los pantanos; un país que se estremece ante las galernas porque obligan a cerrar los paseos marítimos y no porque matan a los marineros es, tal vez, un país trastornado por el cambio climático... pero,  sobre todo, un país que se va a tomar por viento.

 

Comentarios