Castilla la común, 38

 


 En un pueblo de la Ruta de Don Quijote hay una calle principal que se llama Cervantes. Pasada la Plaza Mayor, dicha calle tiene continuidad en otra que se llama Rey Juan Carlos.  De este modo tan ecuánime se rinde homenaje en un lugar de La Mancha a dos grandes ingenios españoles, que tienen en común su condición de manirrotos: uno perdió una mano luchando heroicamente en la batalla de Lepanto; otro se forró a manos llenas a costa de los españoles. Ambos, no obstante, son historia y merecen ser honrados en el callejero municipal. Coinciden los dos manirrotos en que fueron lobos de mar y vivieron en países árabes. Les une asimismo su pasión por las letras, si bien uno escribió novelas chistosas y otro sesudos discursos de navidad. Solo una diferencia notable se observa en sus biografías: el héroe de Lepanto fue a la cárcel y el de Abu Dabi, no.

 

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