Castilla la común, 40

 


 ¡Qué esperanza los campos de trigo!, escribió el poeta andaluz Carlos Edmundo de Ory. No me extraña que fuera un marginal en el panorama literario de su época y uno de los fundadores del postismo, movimiento de vanguardia cuyo nombre deriva de la contracción de postsurrealismo y que se definía como el ismo que viene tras todos los ismos. Si hablamos de los campos de Castilla, solo a un contestatario se le ocurre ver esperanza donde todos los demás ven el meollo de la osamenta calcinada por el sol del esqueleto de la fenecida España. Basta, en cualquier caso, que fuera un simple comedor de pan, para que no dijera tantas tonterías y llamase al pan, pan; y al trigo, trigo.

 

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