Un chute de versos heroicos

 


  Hoy me ha dado por leer a Fernando de Herrera, así que me pegaré un chute de versos heroicos, alabanzas al imperio y exaltadas canciones de guerra. Busco entre el desorden de mi biblioteca la edición de Clásicos Castellanos en la que descubrí, cuando era estudiante de Filología, al gran poeta andaluz del siglo XVI. Me salto los sonetos de amor y voy derecho a la composición dedicada a la divina majestad por la victoria del señor don Juan de Austria en la batalla de Lepanto. Declamo en estilo teatrero y engolado:

Los poderosos pueblos me obedecen
y con su daño el yugo an consentido
y me dan por salvarse ya la mano…

Solo me interesan los endecasílabos en que aparecen espadas y hazañas navales:

Los impios i robustos, indinados,
las ardientes espadas desnudaron…

Si en estos momentos pasara por la calle un capitán de los tercios, desplegando la bandera para alistar voluntarios, creo que me iría de cabeza a la aventura: tal es el subidón de patriotismo. Pero estamos en el siglo XXI y la única guerra de la que tenemos noticia es la que arrasa Ucrania, en el centro de Europa. La televisión nos muestra los tanques Leopard avanzando por los bosques nevados, pero no los  cadáveres que aplastan sus orugas acorazadas. Firmo un documento en contra de la intervención española. Aquí, lejos del frente, las cosas están tranquilas: si acaso, acortamos la duración de las duchas para ahorrar gas; echamos menos aceite en la ensalada; yo salgo poco y releo libros que me marcaron en la juventud. Hoy me ha dado por Fernando de Herrera.

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