Castilla la común, 48

 


 “Llueve en Madrid y las dos mesetas…” he oído alguna vez que dicen en la televisión. Bueno, el caso es que llueva. La patada a la geografía la disculpamos, por cuanto ya se sabe que ancha es Castilla. No seríamos tan benevolentes si las dos mesetas significara, como sospechamos, las dos Castillas y se quisiera dejar a Madrid, en primer lugar, fuera de todo lugar; y en segundo, al margen  de la comunidad histórica a la que pertenece. En otros pueblos el agravio sería motivo de una sentida declaración oficial. Aquí nos da igual, porque nos conformamos con ser una España dentro de España y nos creemos por ello menos mesetarios.  No hacen ningún favor a Madrid, sin embargo, quienes la azuzan contra otros pueblos de España y la fortifican como cabeza de puente del nacionalismo reaccionario, negándole su carácter mestizo y su dimensión universal. El próximo disparate nos traerá, tal vez, lluvias al centro de España y los dos mesetas; chubascos que serán bien recibidos... aunque llueva sobre mojado.


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